Hoy despierto,
y es necesario para vivir y amar
languidecer tu sombra sobre el asfalto.
Emergen enfrascados recuerdos
de engañosos velos,
y desde mi ventana veo alejar raudo
tu faro y guía,
mientras se devora a si mismo
mi entendimiento.
Es el momento propicio
para cortar los tallos
de mi dulce engaño.