LA MIRADA QUE BESA

De pronto respiro ese aire de bosques,
y con mis yemas recorro los surcos de tus manos
mientras un suspiro, en mi lugar,
dejaba en tus labios cuatro pétalos,
que explotaban recorriendo todo tu cuerpo,
estremeciéndolo en cada centímetro
cerrando tus parpados de luz.

Cubrí de rosas tu camino.
y emprendimos unidos el vuelo.
La marejada del amor
se interna en nuestras playas.
No envidiamos a nadie,
se encuentra despejado el trayecto
de nuestras miradas.

Lo mas simple era dar dos pasos,
Sonreíste delicadamente,
Esperándome,
Quizás era la oportunidad de comenzar,
Quizás…
Pero el cobarde destino
me hace dar dos pasos hacia el desierto,
hacia la sequedad del aire,
mientras tanto te alejabas
y tu cálida fragancia me besa el alma,
dejándome una dulce sombra.