sábado, 19 de marzo de 2011

Valió la pena

Convocas
mis lágrimas
en silencio,
serenas,
saladas,
tan tuyas...
y entre el sendero
que surca
por mi rostro
cauteloso el llanto,
trazas en mi
una sonrisa
de luz y color,
una sonrisa
prendida.

Alcancé mi sueño.
Valió la pena
la caída estruendosa.

No hay
ascenso sin descenso.
No hay
hallazgo sin pérdida.

Porque Siento

Porque siento
que no me cabe
tu ausencia
en mi epicentro,
no sufro
o padezco de olvido,
y es que tengo,
como siempre,
la vida
escondida en el vaho
de tu recuerdo.
Y pinto el alba
con tus callados silencios,
en cada espejo
que retiene mis pupilas
siempre dilatadas
de vacío,
de pasado
ennegrecido
por la espera.

Así te llevo

Sin que mis labios te pronuncien.
Así,
siendo sin ser,
estando sin estar,
pudiendo sin saber,
queriendo sin pedir...
Así te llevo
entre las costuras de mis deseos.

De mis ocurrencias

Se me ocurrio
que podía llegar
y decorar tu tiempo.
Tal vez observar tu rutina,
sazonar tus mañanas
con limón y pimienta.

Se me ocurrió
que podía llegar
y pintar una carcajada
en tu mirada.

Tal vez
dejar en tu piel
las huellas de mi camino,
humedecer
tus pestañas de mi deseo.

Se me ocurrió
que podia
llegar
y tal vez
quedarme.

De tu llegada

Llegaste
precisa y exacta.
Tu sonrisa
detuvo mi péndulo.
Diste muerte
al viejo calendario.
Prendiste
la llama exhiliando mi miedo.
Sembraste
mis ganas bajo tu pecho.
Pintaste
de futuro el luto de mi tiempo.
Llenaste
de esperanza los bolsillos de mi cuerpo.
Y ahora,
un segundo de tí
es todo cuanto soy,
todo cuanto tengo,
todo cuanto anhelo.

Me salvaste

Me salvaste
de la soledad
de mis sabanas,
del silencio
de ésta penumbra.

Me salvaste
de mi mismo,
de la traición
de mi miedo.

Me salvaste
de la melancolía
que amenaza,
de la nostalgia
incontrolada.

...mi vida,
mi amada,...
tu voz
ha sido
una vez más
la lanzadera
de mi supervivencia.

Complicidad

Renazco
si me piensas,
respiro
si me necesitas
y como el naúfrago
que en su duermevela
olvida su abandono,
yo olvido despertar
cuando estás a mi lado.

Antes de ti...

Antes de ti
hubo acordes de silencio,
hubo calladas súplicas,
espera paciente,
impaciente desesperanza.

Antes de ti
hubo sonrisas quebradas
hubo párpados cansados,
sábanas hambrientas,
penumbra flaca.

Antes de ti
hubo cínicos fantasmas,
hubo vigilias gélidas,
atasco de tiempo,
brújula agotada.

Antes de ti...

Nuestro Tiempo

Miré a mi alrededor.
No quedaba nadie.
Nunca hubo nada
que llamara mi atención
y supe
que era el rincón perfecto
para pensarte.
Y eso hice.
El rumor de las olas
siempre tan breves
tan fugaces
trajo a mis tímpanos
la cadencia de tu voz.
Allá quedé,
echado el candado
a mis párpados,
salada mi piel,
ansiosa mi boca
del alimento de tus labios...
allá quedó,
suspendida mi alma
en algún punto abstracto
del Atlántico
pensando que tal vez,
sólo tal vez,
en ese instante perdido
del hilo de nuestro tiempo
me estabas amando.