viernes, 25 de marzo de 2011

Nada mas que una simple ráfaga de viento














Al observarla parecía tan segura de si misma,
pero un leve color que palidecía su cuerpo
me hizo temer lo peor.
Le observaba, y ella me observaba,
le note una leve nostalgia,
como despidiéndose de quienes le rodeaban.
Y yo estaba justo ahí!!,
mirando como de cierta forma
ella anunciaba su muerte.
Nada mas que una simple
ráfaga de viento bastó
y le hizo perder su equilibrio.
Fue su último instante aferrada a la vida,
voló por los aires, giraba y giraba ,
note que no quería desaparecer así como así,
con fina elegancia llego al suelo.
Era tarde para hacer algo, ya no respiraba .
Su belleza me cautivó,
y encontré un buen lugar para su descanso

De mi memoria

Me observo,
me oigo,
me entiendo,
calles vacías,
desnudas,
doy un grito perdido,
que se extravió
entre los faros
de mi memoria,
pero nada
me impide abrazarles.
Vigilia,
sueño,
risa,
llanto,
eternidad,
sus víctimas
me piden
socorro.

Necesidad de tu Boca

La espuma clara
y traviesa
de tu saliva
limpia mi alma
y sudo suspiros
por la humedad
de su tacto.
Exhalo pálpitos,
segrego versos,
me empapo
de esta codicia
de tu epicentro,
de esta ávida
necesidad
de tu boca

Entre tus dos letras

Me quede lazado
a la curva que te nombra.
La suave caligrafía de tus trazos
se convirtió en un esbozo de mi silueta.
Derrape en la anárquica humedad de tu niebla
y me así con mi supervivencia
al ángulo de tu cadera.
Enraicé capturada entre tus dos letras
mayúsculas, soberbias
y halle en la aorta de tu rúbrica
el alimento de mi esencia.

Mi Complice

Mi cómplice.
Conocedora de mis versos,
de los que derramo con la tinta de mis venas,
y de los que se me quedan enredados
en el entramado del pensamiento,
enmarañados sin remedio
en los nudos del corazón.
Mi cómplice.
Conocedora de mi alma,
de sus esquinas en penumbra
que no alcanzan luz mañanera
ni eco de sonrisas,
de sus llantinas, de sus melancolías,
de sus tangos, de sus penas
que no curó el tiempo.
De sus sueños, traiciones,
miedos, revoluciones…
Mi cómplice.
conocedora anticipado
de mi pensamiento,
de mi palabra,
de mi deseo,
respuesta acertada
a mi pregunta retórica
en sus pupilas
siempre barnizadas.
Mi cómplice
y nuestra realidad
compartida, exclusiva,
única, privilegiada…

Mi cómplice,
nada sería ni podría ser jamás
si no fuera por ti.

Se hizo tarde

Se hizo tarde.
Ya no hubo campanada
y tuve que regresar
a prisa y cansado.

Se hizo tarde.
No pude decirles que llegabas.
No hubo nadie en el andén.
Sin recibimiento o bienvenida.

Se hizo tarde.
Ya entró la madrugada
de lloviznas en vela,
de secas, agrietadas pesadillas.

Se nos hizo tarde.
Mientras te vistes
de absoluto silencio,
de ausencia inmaculada;
en la austera celda
de éste sótano,
entre insomnios de azufre,
te espero.

La locura no aplaude..Observa

La carcajada sonora
a secas,
coro a destiempo, desafinado,
tema descompuesto.
Entonces callo.
Cuando cesan sus voces
alzo la mía.
La elevo
y la desciendo.
Mantenida a dos,
tres tiempos afinados
en toda una vida
de sucesivas composiciones.
Cuerda tensa, floja,
anudada, erguida,
enroscada…
Cuerda yaciente.
Cuerda.
Un solo.
La locura no aplaude.
Observa.
Y ríe de nuevo hueca.
Cruce de conversaciones
despistadas,
monólogos maniáticos que
dialogan sin interlocutor.
Y rompen las palmas.
Un cante ronco.
Ahora sí escuece, me escuece.
Ahí duele, ahí.
Las bulerías saladas
de un lienzo agrio,
pasado. Azul.
Niebla.

LA ESTAFA

La estafa del enamorado
del condicionamiento.
El “depende” de antaño,
de hoy y de siempre
astillando mi voluntad.
Tropiezo.
No me levanto.
Aún así,
tropiezo y caigo de nuevo
pese a toda lógica.
Estuviste.
Pecamos.
Ya no estás.
Ordeno, archivo,
entierro promesas,
poemas y demás gajes
del oficio.
Baúl bulímico. Confuso.
Tantas vidas troceadas,
succionadas, hervidas,
abrasadas…
Y yo solo
en el horno de
los no recomendables,
ya sabes,
digestión pesada.
Penitencia.
Aquí
tan sólo eres fantasma
de mi penúltima ópera.
Aquí
el azufre me hace el amor
empapando todos mis sentidos
cada madrugada,
cuando el insomnio
se desliza puntual
entre mis sábanas.
Espectador insatisfecho.
Infierno
de diagnosticado conformismo.
Sutilmente dosificado.

sábado, 19 de marzo de 2011

Valió la pena

Convocas
mis lágrimas
en silencio,
serenas,
saladas,
tan tuyas...
y entre el sendero
que surca
por mi rostro
cauteloso el llanto,
trazas en mi
una sonrisa
de luz y color,
una sonrisa
prendida.

Alcancé mi sueño.
Valió la pena
la caída estruendosa.

No hay
ascenso sin descenso.
No hay
hallazgo sin pérdida.

Porque Siento

Porque siento
que no me cabe
tu ausencia
en mi epicentro,
no sufro
o padezco de olvido,
y es que tengo,
como siempre,
la vida
escondida en el vaho
de tu recuerdo.
Y pinto el alba
con tus callados silencios,
en cada espejo
que retiene mis pupilas
siempre dilatadas
de vacío,
de pasado
ennegrecido
por la espera.

Así te llevo

Sin que mis labios te pronuncien.
Así,
siendo sin ser,
estando sin estar,
pudiendo sin saber,
queriendo sin pedir...
Así te llevo
entre las costuras de mis deseos.

De mis ocurrencias

Se me ocurrio
que podía llegar
y decorar tu tiempo.
Tal vez observar tu rutina,
sazonar tus mañanas
con limón y pimienta.

Se me ocurrió
que podía llegar
y pintar una carcajada
en tu mirada.

Tal vez
dejar en tu piel
las huellas de mi camino,
humedecer
tus pestañas de mi deseo.

Se me ocurrió
que podia
llegar
y tal vez
quedarme.

De tu llegada

Llegaste
precisa y exacta.
Tu sonrisa
detuvo mi péndulo.
Diste muerte
al viejo calendario.
Prendiste
la llama exhiliando mi miedo.
Sembraste
mis ganas bajo tu pecho.
Pintaste
de futuro el luto de mi tiempo.
Llenaste
de esperanza los bolsillos de mi cuerpo.
Y ahora,
un segundo de tí
es todo cuanto soy,
todo cuanto tengo,
todo cuanto anhelo.

Me salvaste

Me salvaste
de la soledad
de mis sabanas,
del silencio
de ésta penumbra.

Me salvaste
de mi mismo,
de la traición
de mi miedo.

Me salvaste
de la melancolía
que amenaza,
de la nostalgia
incontrolada.

...mi vida,
mi amada,...
tu voz
ha sido
una vez más
la lanzadera
de mi supervivencia.

Complicidad

Renazco
si me piensas,
respiro
si me necesitas
y como el naúfrago
que en su duermevela
olvida su abandono,
yo olvido despertar
cuando estás a mi lado.

Antes de ti...

Antes de ti
hubo acordes de silencio,
hubo calladas súplicas,
espera paciente,
impaciente desesperanza.

Antes de ti
hubo sonrisas quebradas
hubo párpados cansados,
sábanas hambrientas,
penumbra flaca.

Antes de ti
hubo cínicos fantasmas,
hubo vigilias gélidas,
atasco de tiempo,
brújula agotada.

Antes de ti...

Nuestro Tiempo

Miré a mi alrededor.
No quedaba nadie.
Nunca hubo nada
que llamara mi atención
y supe
que era el rincón perfecto
para pensarte.
Y eso hice.
El rumor de las olas
siempre tan breves
tan fugaces
trajo a mis tímpanos
la cadencia de tu voz.
Allá quedé,
echado el candado
a mis párpados,
salada mi piel,
ansiosa mi boca
del alimento de tus labios...
allá quedó,
suspendida mi alma
en algún punto abstracto
del Atlántico
pensando que tal vez,
sólo tal vez,
en ese instante perdido
del hilo de nuestro tiempo
me estabas amando.

martes, 1 de marzo de 2011

Y Tal vez

Y me escuecen
la luz y el susurro,
la penumbra,
el silencio,
las llamas,
la risa,
el llanto
y el miedo.
Me escuece la vida.
Me escuecen tu voz,
tu aliento;
Y tal vez si callas,
me mates
y entonces
me duelan
mi eternidad
y tu silencio.

Avimara XXVIII

Porque no tiene cálculo,
ni aritmética,
no tiene peso ni medida.
No cabe en una palabra
ni en un silencio.
No conoce letras ni cifras.
No sabes como...
Te necesito.

Avimara XXVII

Necesitarla
cuando mas le amo...
necesitarla tal vez a veces
porque necesito mirarme
en el espejo de sus pupilas,
asomarme a su sonrisa
cuando me observa,
ver el gris del cielo húmedo
tan emocionante como ella lo siente.

Necesitarla tal vez a veces
porque cada uno de sus gestos
deja mis vacíos llenitos
de latido y torrente sanguíneo...

Necesitarla,
porque el abismo,
si ella Me sostiene firme,
es tan sólo un pequeño bache...

Avimara XXVI

Una sonrisa en las pupilas,
mi corazón en tus labios,
tu corazón en mi pecho,
mis pulmones susurrando.
Tu torso mi escudo.
Tus manos mi cuerpo.
Mis Brazos el nudo.
Mis labios el sello.
Tan extenso
como un discurso,
con la brevedad
de un silencio,
la poesía;
Pero Antes
el amor,
el deseo.

Interrogantes

No cabe aceptación ninguna.
Cabe descubrimiento,
desafío.
Cabe que cada mirada
sea una nueva definición,
una nueva perspectiva.
Cuestionar hasta el último aliento.
Así se crece y se vive.
Entre interrogantes.

Avimara XXV

Amor del que duele,
del que calla,
Amor del que intenta,
Amor del que fracasa,
Amor del que no sabe o conoce,
Amor del que no muere,,
Amor del mío, del tuyo...
Amor eterno sin letras o cifras...
Amor...
porque tal vez no haya nada más....
y todo lo demás sea justamente lo de menos.

XXIV

Mi necesidad de ti...
te amé
y después de amarte
te amé,
y antes de haberte amado
te amé

Avimara XXIII

Cuando llegues a mi vida
y te pierdas en mis brazos,
en mi piel, en mis pupilas...
se aflojara el nudo de la añoranza,
se soltará la dictadura del reloj,
será cenizas la distancia
y quedará en ruinas el puente,
porque ya no hará falta regreso

Lo que necesitas

Que el miedo sea un impulso,
Que cada obstáculo sea un reto.
Que la risa sea de tu voz el eco.
Que las lágrimas limpien los restos de todo lo muerto.
Que nunca renuncies a tu esencia.
Que la luna encienda tu alma.
Que no se tiñan de negro tus esperanzas.
Que el espejo te devuelva la sonrisa.
Que nunca desfallezcan tus ganas.
Que solo tengas aquello que necesitas.

Avimara XXII











Huir y refugiarme bajo tu piel,
sentarme en tus costillas
recogidito y pequeño,
a tararear,
columpiarme en la curva
fronteriza de tu espala,
hacer de tu pecho mi lienzo,
mi papel...
construir mi lecho
entre tus ventrículos,
grabar versos en tu garganta...

Avimara XXI

La incontinencia del deseo,
la súplica de las carencias del alma,
el riesgo de no saber
o poder vivir sin tu nombre,
el hecho de que tu sonrisa
se haya convertido en mi bandera,
tu piel en mi escudo,
tu voz en mi camino...
aunque ello signifique mi ocaso,
mi ruina, mi destrozo lento
y fragmentado en el tiempo.

Avimara XX

Yo fui tan pobre
que llegue a perder
el silencio de los bosques.
Pero tú me enriqueces
como espuma a las olas.
...
Yo iba cansado
Y encontré mi calle
que hoy lleva tu nombre.

Yo corrí y corrí
de los seres,
de las cosas
Y en mi propio desequilibrio
Tú inventaste
mi quinto elemento.

Yo soy el beso a ti mujer
Las estrellas fugaces de tu cuerpo
Y tú
Mi corazón,
mi alma,
y mi aliento.

Avimara XIX

No hay retorno a la soledad.ç
No hay retorno a la oscuridad.
Mi fe en tí lo puede todo.
Mi esperanza de nosotros también.
Me quedo contigo amándote...
acá o allá o en algún lugar sin nombre,
sin mapas.
pero contigo, Siempre.

Avimara XVIII

No puede ser que seamos dos...
Dios, que anhelo de unión,
de entrega...
Que anhelo de perderme en tí
y desaparecer
para resucitar contigo en un todo.

Si tu corazón late,
su eco agita mi pecho.
¿Qué más puede existir en la vida?
Perfecto e innombrable.

Avimara XVII

El deseo
que todo lo puede,
que no conoce obstáculos.

El deseo impertinente,
que arrasa,
que no se consume jamás.

El deseo
que sólo con pensar una sílaba
de tu nombre me inunda.